La viña Peretes posee un suelo muy singular. Este suelo, llamado en otras partes de Catalunya Panal, está constituido por arenas y limos transportados por el viento desde largas distancias (desde el Delta del Ebro y/o el Pirineo, no se sabe muy bien) durante las épocas secas interglaciares, formando pequeñas áreas de depósitos, de forma convexa, sobre el material del Mioceno, con suelos arenosos, permeables, con presencia de cal (que forma acumulaciones singulares denominadas “muñecas del loess”). El color de estos suelos es asalmonado (anaranjado). La presencia de terrazas fluviales en cotas superiores ha provocado el recubrimiento de estos suelos con una alfombra de gravas. Estos suelos son permeables, profundos, con abundancia de carbonato cálcico y poca capacidad de retención de agua, lo que dificulta que se encharquen. Esto permite a las raíces de la viña explorar en profundidad en busca de agua y alimentos favoreciendo el perfecto equilibrio suelo-planta.